Sólo con recordar este nombre nos teletransportamos a una experiencia maravillosa que vivimos un soleado sábado de noviembre. Lo que os queremos contar en este post es nuestra experiencia en las Bodegas de FINCA CONSTANCIA y que conozcáis otra posible actividad para hacer con los amigos, en pareja o con la familia.
La ‘Finca Constancia’ se encuentra en Otero, un pueblo de Toledo, a algo más de una hora de Madrid. Desde el año 2000, pertenece a las Bodegas González Byass. Según nos contaba nuestra guía, la enóloga de las bodegas, es un enclave perfecto porque está protegido del frío por la sierra de Gredos y los Montes de Toledo y acompañada por las cuencas de los ríos Tajo y Alberche. Toledo que siempre había sido tierra de vinos, pero sin embargo, desde el siglo XIX, esta zona dejó de serlo por una enfermedad llamada filoxera. Sin embargo, gracias a este proyecto, estas tierras han vuelto a retomar su tradición vinícola.
Una de las curiosidades que os contarán es que la finca está dividida en parcelas como consecuencia de las variaciones del terreno. Además cuentan con una viña experimental, lo que les sirve para saber como se comportan en ese terreno las diferentes posibilidades de viñas que existen actualmente. Pero de esto no os vamos a desvelar más para que os sorprenda cuando os lo cuenten.
Ésta ha sido nuestra primera visita a una bodega y conocer el proceso de creación de los vinos fue toda una sorpresa. En ‘Finca Constancia’ tratan de cuidar al máximo los detalles, intentando que el proceso sea lo más manual posible, con cuantas menos máquinas mejor, para aumentar la calidad de su vino. Un paseo por sus bodegas te hace darte cuenta del cariño que le ponen a sus vinos y el cuidado personalizado a cada uno de éstos.
En la visita a una bodega no podía faltar una cata de vinos, y así fue. Primero probamos cuatro de sus variedades y pudimos entremezclarlas para crear nuestro propio vino, tal y como hacen los técnicos y enólogos de la Bodega.
Después de esta cata, llegó la hora de relajarnos y conversar con la gente de la Bodega, con sus técnicos mientras disfrutábamos de un aperitivo con un vino blanco de la casa, Fragantia nº6 y un rosado, Fragantia nº9. Además pudimos disfrutar de unas migas manchegas hechas en el momento (riquísimas) y para terminar, no podía ser de otra manera que con mazapanes de la tierra.
La experiencia fue increíble. Nuestro recuerdo de ‘Finca Constancia’ y de su gente es inmejorable y la verdad que os lo recomendamos si queréis disfrutar de una actividad diferente. Las diferentes actividades que ofrece Finca Constancia las podéis ver en su web y así decidiros por la que más se acomode a vuestros gustos. Nosotros volveremos seguro.
Si quieres conocer más sobre ‘Finca Constancia’:
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