LHARDY: Punto de encuentro y emblema de Madrid

Publicado el 13 julio, 2023

Ya son 180 años de historia lo que tiene este mítico restaurante. Por sus mesas y sus salones privados han pasado las personalidades más importantes no sólo de Madrid, si no de España y también del mundo. Todo aquel viajero que pasa por Madrid, tiene que dejar un huequecito de su tiempo para pasar por uno de los restaurantes más ilustres de la ciudad. Cada esquina, cada detalle tiene historia en Lhardy, desde vajilla, tapices, cristalería, pero ¡hasta la caja registradora tiene historia!

Desde 1839 lleva siendo uno de los referentes de la alta cocina en Madrid. A día de hoy sigue ocurriendo lo mismo. En nuestra visita nos sentimos un poco turistas en nuestra ciudad porque nunca habíamos tenido la ocasión de visitar su restaurante.

En más de una ocasión nos habíamos asomado a su tienda para comprar alguno de sus dulces pero subir por las escaleras hasta el salón principal es toda una experiencia. Precisamente en esta escalera es donde se encuentra el famoso espejo de ‘Lhardy’ en el que poder detener el tiempo y, tal y como cuentan, que decía Azorín: “Nos esfumamos en la eternidad”.

Los salones de ‘Lhardy’ son otra de las experiencias. Si podéis y «no hay mucho jaleo» intentad que os hagan una mini ruta y si puede ser de la mano de Metre, Pedro, mejor que mejor. Una experiencia absoluta. Se sabe todos los detalles. Toda una vida en ‘Lhardy’ porque en sus más de 40 años aquí no os hacéis una idea de las historias y anécdotas que tiene para contar. El salón Isabelino, es el salón principal. El japonés, Sarasate o Gayarre son alguno de los salones privados de ‘Lhardy’. Algunos con más espacio, otros más privados.

QUÉ COMER EN LHARDY

La carta de ‘Lhardy’ hace honor a su tradición. Uno de los platos más conocidos es el de su cocido. Un plato madrileño con los mejores productos, no sólo de Madrid, si no de España. Esta vez fuimos a cenar y probamos los platos de su carta, pero sin duda nos pasaremos a probar El Cocido de Lhardy otro día.

ENTRANTES

No podíamos no empezar con su Croqueta de cocido (se piden por unidades). Espectacular el sabor, cremosidad y el crujiente exterior.

Seguimos con el marisco. Un plato fuera de carta que fueron las Tartar de quisquillas de Motril con ajoblanco. A nosotros que nos encanta el ajo blanco y combinado con las quisquillas, nos pareció un tándem perfecto.

El otro plato fue el Salpicón de bogavante gallego que terminan de preparar en mesa y que estaba también, espectacular.

SEGUNDOS

Los platos fuertes empezaron con otro de sus clásicos que es el Lenguado Evaristo al Champagne. Lo preparan, lo emplatan y después lo salsean para que el toque de salsa sea perfecto sin que se pierda el gran producto que tienen (de Pescaderías Coruñesas). Unos de los imprescindibles de ‘Lhardy’.

Para terminar, estuvimos dudando si un Jarrete de ternera o el Solomillo Wellington y, finalmente nos decantamos por el clásico de la casa, el Solomillo Wellington con con patatas a la inglesa (super crujientes y adictivas). El punto de la carne espectacular, porque aunque pedimos la ración pequeña que siempre puede quedar más hecha, por el tamaño del trozo de carne, en este caso estaba en el punto que nos gusta. Sin olvidarnos que el hojaldre lo elaboran en cocina.

POSTRE

De postre, no probamos su famoso Soufflé de ‘Lhardy’, pero sí que decidimos probar la Milhojas de crema con ganache de vainilla montada. Riquísimas, pero nos queda pendiente el soufflé.

QUÉ DESAYUNAR EN LHARDY

Como os contábamos cada rincón tiene historia en Lhardy, pero es que además, puedes disfrutar de su alta cocina en forma de pastelería y de desayuno porque todos los días tienen en su cafetería de la planta baja (en la tienda por donde se accede a ‘Lhardy’) una carta de desayuno para disfrutar de unas tostadas con mermelada y mantequilla o con salmón o con jamón, si eres de los que prefieres salado. También es un plan perfecto entrar, elegir algo de su bollería como un financier de arándanos, o su bartolillo, que está espectacular.